martes, 8 de diciembre de 2015

TOC en niños y adolescentes

El TOC en niños comienza durante los primeros años de educación primaria, pero no es ésta su causa. Los síntomas que presentan una parte de los adultos tuvieron sus indicios en la infancia. Los rituales en los niños pequeños a la hora de dormir y en la higiene, pueden ser comunes en un principio pero si esto se extiende o no disminuyen a lo largo de los años, pueden ser un indicador de la patología. 

Frecuentemente el niño se avergüenza de sus exigencias porque no las ve lógicas, pero no las puede evitar por el el temor a que pueda ocurrir algo peor.
El TOC en la mayoría de los casos tiene un impacto grave sobre su funcionamiento en diferentes áreas y son pocos los casos que son diagnosticados a tiempo y que puedan ser tratados correctamente. 


Los problemas que se presentan en niños y adolescentes con TOC son los siguientes:
  • Problemas escolares: problemas de atención en la escuela, realización de tareas en casa y en las relaciones escolares con los compañeros, sociales y familiares. No poder usar el baño por tener miedo a contagiarse.
  • Problemas físicos: cuando tienen que ocultar los rituales aparece el estrés, la mala nutrición, la pérdida de tiempo en obsesiones y problemas de autoestima.
  • Problemas del control de la rabia: A la hora en la que los padres establecen limites razonables, los niños que padecen el trastorno pueden sentirse ansiosos y enfadados. Los niños y adolescentes tienden a compararse con sus amigos y como consecuencia se ven diferentes a ellos, debido a su forma de pensar y comportamientos, sintiendo vergüenza y produciendo problemas para mantener el control de su ira.
  • Problemas de salud mental adicionales: Los niños y adolescentes que padecen TOC suelen estar acompañados de otros problemas de salud mental. Estos problemas pueden ser depresión, tricotilomanía (arrancarse el pelo de diferentes partes del cuerpo) y ansiedad; por otra parte, trastornos como: déficit por atención e hiperactividad.


Tratamiento del TOC en niños y adolescentes:


La terapia cognitivo-conductual es el tratamiento más eficaz para tratar este trastorno en los más jóvenes. El trabajo de un profesional especializado facilita las habilidades sobre cómo controlar su trastorno. Utilizando la estrategia "Exposición con Prevención de Respuesta", la cual puede resultar bastante complicada en el principio. Se inicia el aprendizaje de hacer lo contrario a lo que su patología les está obligando a hacer, a través del afrontamiento gradual a sus miedos sin ceder a los rituales y el convencimiento de que sus temores no van a hacerse realidad. Es probable que en un principio sientan miedo pero con el paso del tiempo la ansiedad ira disminuyendo hasta desaparecer y el niño se acostumbrará a que no va a ocurrir nada malo.
En el momento en el que los adolescentes comprenden cómo funciona la habituación tendrán más voluntad para tolerar la ansiedad, ya serán conscientes de que esta ansiedad tiene un límite y desciende irremediablemente.








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